Relatos

Casada adicta al sexo

Publicado el 22 de octubre de 2020

Por autor sexual

Voy a contar mi historia. Me llamo Lola tengo 42 años, morena, ojos negros, 1.70 altura y pechos grandes. Soy adicta al sexo, así que tengo que tener sexo muy a menudo. El problema que mi marido esta mucho de viaje por trabajo, pero cuando esta sexo por la mañana y por la noche. No tengo hijos. Hace 3 años teníamos un jardinero de 33 años. Un chico rubio alto y buen cuerpo. Soltero y muy agradable, siempre era amable y sonriente. Ya llevaba trabajando en nuestra casa unos 2 años……

Era en verano de 2017, mi marido estaba de viaje a Inglaterra, como otras veces. Yo acababa de venir de la oficina. En medio día había un calor de muerte. Me tome un refresco en la cocina y me puse el bikini. Me acerque a la piscina para darme un baño para refrescarme antes de comer. El jardinero estaba limpiando el jardín. Me di un buen baño pero me dio pena viéndolo recogiendo las hojas del jardín con el calor que hacía. Lo invite a darse un baño. Me miro muy modosito, pero no puso ninguna pega. Se quitó la ropa y salto al agua.

La piscina como tenía 18 metros de largo le dije:

-A ver quién llega primero!

Me miro sonriente y hemos hecho un largo (por supuesto me gano el).  Yo intente subir la escalera de la piscina y se me resbalo el pie. El me cogió de la cintura, casi en brazos. Las miradas se nos cruzaron. Se me acerco a mi boca y no pude resistirme. En este momento no sé qué pensaba. Nunca le fue infiel a mi marido. Los besos apasionados y sus brazos me estaban rodeando todo el cuerpo. Hemos salido de la piscina y me cogió en brazos y me tumbo en la toalla extendida  del jardín. Sentí como se estaba poniendo cachondo. Yo estaba deseando de tener sexo. El no paraba de besarme me dejo desnuda y sus dedos acariciaban mi clítoris, yo no paraba de moverme. Mi coño estaba muy húmedo. Sentí como su miembro entro dentro de mí.  Comencé a mover mis caderas, hundiendo su pene lo más profundamente posible. Me estaba corriendo clavando las uñas en su espalda. Mis jadeos no paraban. Termine en un orgasmo muy intenso junto a el. Me acosté sobre su pecho, y hemos empezando a besarnos otra vez. Decidimos comer para coger fuerzas. Se quedó toda la tarde conmigo, follando una y otra vez sin parar. Mi marido creo que nunca se entero. Y no se si contárselo.

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